Ramón Talavera

 


  Con una muchacha en el campo

 

I

Si quieres, nos perdemos
en el miedo genial de la verdina
ensayamos un grito que valga más que un hombre,
un grito planetario que angelice
al arado y al mulo mientras aran,
un grito donde vemos
marginales milagros monstruosos.

Si quieres, nos ponemos
recién hechas las manos
hundiéndolas en barro muy pisado
o echamos vida vieja a los caminos
o asustamos al pájaro y al agua
quedándonos callados como arena.


Si quieres ... , pero mira
cómo llega a la sangre
el demonio del campo
con su saco de fiebre de pámpanos y espigas,
escucha cómo llega el beso por el viento,
repara en cómo tuerce las palabras
y qué peso de labio tiene el aire.
¿No sientes en la boca
la encendida cabriola de un potro violeta?
Escucha el son de duende por la hierba...

 
José María Requena (La sangre por las cosas)