INFANCIA
José María Requena Barrera nació en Carmona
(Sevilla) el 18 de Abril de 1925. Hijo de Rafael, farmacéutico,
y de Teresa, ama de casa. La botica del padre estaba situada
en la calle San Pedro de Carmona en cuya planta superior estaba
el domicilio familiar. Así lo describe el autor: "Mi
casa, de dos pisos y azotea, estaba y está
en la orilla de la gran carretera que baja de Madrid hacia
Sevilla y pasa rozando casi la base de una torre que
es réplica la mar de airosa de la gran Giralda,
abundante ruido de motores colándose por los balcones
de hierros verdes, en una travesía, que, menos de medio
siglo antes, recorrían las fatigadas diligencias que
tantas y tan doradas tentaciones despertaron en los románticos
bandidos de cante y trabuco, patillas de hacha, morenaza a
la grupa y fama de mala buena gente guerrera y generosa con
los necesitados".
Estudió en los internados de los colegios salesianos
de Alcalá de Guadaíra y desde 1939 a 1942 en
el de Utrera. Esos años escolares en estos dos pueblos
de la provincia de Sevilla los describe Requena como "tristes,
casi amargos, de disciplina colegial al son de la guerra de
aquí y de la otra más grande y más lejana,
bofetadas por nada, por hablar en la fila".
Su infancia y adolescencia vivida en un ambiente rural serán
decisivas en su personalidad y en su temática literaria.
En una cita autobiográfica dice Requena: "Sí.
Estoy satisfecho de haber nacido en un pueblo. Creo que me
ha convenido. en especial, por cuanto se refiere a mi trabajo
de escritor. Las experiencias pueblerinas son siempre más
completas y detalladas. En la capital, apenas si conocemos
las trayectorias totales de familias concretas. La vida del
pueblo, en cambio, nos brinda innumerables y completísimas
experiencias, porque su pequeño universo nos queda
más a mano, nos obliga a más frecuentes y diarios
contactos de cercanía. Se trata de una vida menos traspasada
por urgencias, en la que hasta el tiempo parece que dura más
y que está más humanizado".
ESTUDIOS UNIVERSITARIOS
Al acabar el bachillerato quiere estudiar Filosofías
y Letras pero finalmente obedece al consejo paterno e inicia
el primer curso de la carrera de Derecho en la Universidad
de Granada. Así recuerda el autor su estancia en Granada:
"Granada, para un muchacho que escribía ya
sus primeras cosas, qué rara experiencia aquella de
conocer la belleza granadina en días de hambre de la
mala, hambre de pan de los años cuarenta, boniato en
todas las comidas, y en todos los platos, desde el guiso al
postre, en ciudad de inevitables nieves, días de vagar
por esas calles y pararse a mirar a los perros que hallaban
el alivio de algún desperdicio en la basura...".
Tras el primer curso, continúa sus estudios de Derecho
en Sevilla. Reside en una pensión y viaja a Carmona
los fines de semana. "Bien tristes aquellos años
de pueblo con una mayoría verdaderamente hambrienta,
de gañanes parados al filo de la carretera general,
delante de mi casa, pendiente de la buena colilla de cigarro
apenas apurado, y nada digamos, si algún fumador de
privilegio, echaba al suelo de los alcances el aromático
chicote de un cigarrillo rubio americano".
Como señala el profesor Angel Acosta Romero en su libro
"Vida y obra de José María Requena"
(Editorial Alfar, 2001) el escritor bebe y crea con el tiempo
todo un universo de esas escenas de jornaleros y campesinos
pendientes del poco trabajo en las haciendas señoriales
de los pueblos andaluces, de ese enfrentamiento milenario
entre poderosos terratenientes y humildes trabajadores, cercanos
al esclavo, de ese complejo mundo de sentimientos mascados
de una y otra parte.
En junio de 1947 se licencia en Derecho. Sin ninguna intención
por dedicarse al mundo de las leyes, Requena describe en una
reseña autobiográfica esos años que él
mismo denomina de silencio: "Prefiero someterme a
la renuncia de muchas alegrías. Hacer mío el
costosísimo ocio para escribir, ocio para encastillarme
en unos propósitos nada pretenciosos, pero sí
muy decididos, de entregarme al hermoso mundo de las palabras".
Los años que siguen a su licenciatura los pasa en Carmona
dedicando el tiempo a la literatura. "La vieja máquina
de escribir de la farmacia de mi padre fue compañera
y amiga durante innumerables horas de soledad".
Toma contacto con un grupo de poetas sevillanos ( Manuel García
Viñó, Fausto Botello, Amalio García González,
entre otros) que se reunían en una tertulia poética
de la calle Castilla, 43. Funda la revista poética
Guadalquivir, la primera que se edita en Sevilla tras la Guerra
Civil.
PERIODISTA Y ESCRITOR
Aconsejado por Joaquín Valverde Lasarte, amigo pintor
de la familia, el padre accede a que José María
se matricule en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid,
en la calle Urbano. Así define su experiencia madrileña:
"En contra de lo que presentía, la Escuela
fue una experiencia muy agradable, estimulante y orientadora".
En 1956 publica su primer libro de poemas, La sangre por las
cosas, en la colección Agora.
En 1956 inicia sus prácticas obligatorias en el diario
bilbaíno La Gaceta del Norte. Terminada la carrera
de periodismo se incorpora como redactor jefe a este periódico,
en cuya redacción permanece hasta que en 1964 regresa
a su Andalucía natal para incorporarse al puesto de
subdirector del rotativo sevillano
El Correo de Andalucía. La labor periodística
durante casi una década en Bilbao le absorben de tal
modo que tiene aparcada su dedicación a la literatura.
"Porque la profesión periodistica llega a absorberte
de un modo realmente desmesurado y sin una compensación
ni tanto así de proporcionada, ni en lo material ni
en cuanto a las satisfacciones más puramente vocacionales".
Tras una primera etapa cubriendo información deportiva
en la que asiste a dos Vueltas a España y dos Tours
de Francia, la época de Bahamontes y Loroño,
pasa a encargarse de las cronicas taurinas del Bilbao de aquellos
años 50. Esta experiencia sería decisiva para
adentrarse en el mundo de los Toros. Desde su columna "Patio
de Cuadrillas", José María pasará unos
años palpando muy de cerca el paisaje y paisanaje de
la tauromaquia, lo que será decisivo en su obra y constituiría
la semilla inspiradora de futuras creaciones literarias.
Ya en Sevilla en 1969 publica "Gracia Pensativa"
en la prestigiosa colección Adonais un nuevo libro
de poemas. Es un conjunto de 32 poemas dedicados a la ciudad
de Sevilla. En la solapa del libro se lee: "Se trata
de un libro íntegramente dedicado a Sevilla, maravillosa
ciudad bombardeada por el tópico. El poeta va hilvanando
los motivos hispalenses más característicos
con acento e intención nunca o raras veces empleados
en tales ocasiones".
En 1971 publica "Gente del Toro" (Editorial PPC),
un conjunto de ensayos breves de temática taurina,
con gran éxito de venta y crítica, convirtiéndose
en un clásico del tema taurino. Comenta el autor:
"Al norte bilbaíno me llevó la profesión
de periodista y allí me atrajo el tema, más
por humano que por sus atractivos de espectáculo.
En una plaza de mucho nublado y no digamos de humaredas.
Sin embargo, esa misma circunstancia norteña
ha podido influir beneficiosamente en los enfoques de mis
reportajes y de este ensayo que es Gente del Toro".
Ese mismo año comienza a escribir una novela con
la intención de presentarla al prestigioso Premio
Nadal. "Después de un buen montón
de noches estiradas, en los últimos días de
septiembre de 1971 di por finalizada mi primera novela...
con el tiempo justo para que llegara dentro de plazo, la
envié a Barcelona... por lo pronto ansioso de que
mi obra fuese seleccionada entre las quince o veinte finalistas...
en esta ocasión, afortunadamente, mis cálculos
pecaron de modestos..." Porque en la noche de Reyes
de 1971 José María Requena obtiene el Premio
Nadal con su novela "El cuajarón".
"Con El cuajarón -así lo afirma
el profesor Angel Acosta Romero en su libro dedicado a la
vida y obra del autor- Requena encontró el molde
literario y narrativo que buscaba; un molde al que seguirá
fiel en toda su producción posterior. En todo caso,
para el análisis profundo que deberá hacerse
en el futuro de su producción novelística,
no deben olvidarse dos detalles que ya hemos visto aparecer:
su inicial dedicación a la poesía- su interés
por la narrativa parece, como se ha visto, muy tardía-,
y su profundo conocimiento de los entresijos del mundo de
los toros.
"El cuajarón" es la historia, real y
soñada, de un muchacho de pueblo que pretende y llega
a ser figura del toreo y, como hemos dicho, en este primer
relato extenso, Requena deja claros cuáles son sus
fundamentos creativos, tanto a nivel expresivo como en sus
constantes temáticas, a las que nos referiremos más
adelante.
Con "El cuajarón", aquel primer ensayo
narrativo extenso, que Requena no estaba seguro de poder
terminar, pero que terminó, y que supuso, merecidísimamente,
su mayor momento de gloria literaria, José María
había encontrado el molde que buscaba para contar
las muchas vidas de su propia vida, los múltiples
personajes y las historias, tan fuertemente autobiográficos
y, por ello, tan auténticos, que su imaginación
engendraba al calor de la ceniza de un cigarro y al amparo
de la noche abierta, y para él acogedora. Su primera
novela resume, magistral, su universo, su mundo, su vida,
su palabra. En ella están, y lo sabe, y lo asume,
todas las historias del futuro.
El resto de su obra son las vidas recontadas de una sola
vida, que la Vida con mayúsculas y sin tapujos. Nunca
rompió el molde, pero supo sacar de él, por
lo flexible y lo auténtico, cientos de momentos literarios
incomparables. Con las novelas de Jose María ocurre
igual que con El Quijote, pueden abrirse por cualquier página
y, al leer, encontrar condensado un mundo y una vida a través
de un discurso repleto de sentido".
El 1 de Septiembre de 1975 Requena es nombrado director
de El Correo de Andalucía, cargo que ocupará
hasta el 9 de Febrero de 1978. Vivirá durante ese
tiempo los difíciles
años del final de la dictadura franquista y la
transición política española. Apartado
del ajetreado mundo del periodismo de la prensa diaria,
a partir de 1978 se dedica de lleno a su vocación
literaria, manteniendo desde entonces una actividad esporádica
como articulista o llegando a dirigir, entre 1980 y 1998,
la revista mensual Juan Ciudad, editada por la Provincia
Bética de los Hermanos de San Juan de Dios, con cuya
orden mantuvo una relación especialmente cercana
y de la que tuvo el privilegio de recibir su "Carta
de Hermandad". En 1979 gana el Premio Aljarafe de relatos
con la obra "La cuesta y otros cuentos", publicado
por la Caja Rural de Sevilla y reeditado en 1990 por Lautaro.
Son 31 relatos cortos, muy breves y llenos de profundidad
psicológica.
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En 1982 se publica su segunda novela "Pesebres de
caoba", que había obtenido el Premio Villa de
Bilbao de novela. De esta novela escribe el profesor Angel
Acosta Romero: "De nuevo en Pesebres de caoba, con
el fondo de la injusticia social agraria de los campos andaluces,
y en el contexto de la guerra civil, hubiera sido fácil
caer en posturas declaradamente reivindicativas; pero ahí
está la clave de la grandeza del relato. Requena
no hace crítica social en el sentido político,
sino en el sentido general de la naturaleza humana".
En 1983 obtiene el Premio Luis Berenguer con la novela
"Las naranjas de la capital son agrias" (Editorial
Muñoz Moya y Montraventa). En 1986 el Premio Ciudad
de Granada con la novela "Agua del Sur" (Editorial
Alfar). En 1991 publica su novela "Los ojos del caballo"
(Editorial Arquetipo) y en 1993 la novela "Etapa fin
de sueño" (Editorial Castillejo).
En 1987 publica su tercer libro de poemas "La vida
cuando llueve" (Editorial Dante. Madrid). Y en 1990
se publica su ensayo "Toro Mundo" (Editorial Muñoz
Moya y Montraventa).
José María Requena fallece en Sevilla el día
13 de Julio de 1998.
Tras su fallecimiento el Excmo. Ayuntamiento de Carmona
rotuló con el nombre de escritor la Biblioteca Pública
de Carmona y publicó sus Obras Completas en tres
volúmenes. El primer volumen recoge sus novelas "El
cuajaron", "Pesebres de Caoba" y "Agua
del sur". El segundo volumen las novelas: "Las
naranjas de la capital son agrias", "Los ojos
del caballo" y "Etapa fin de sueño".
Y el tercero: su novela inédita "La foto rubia",
los libros de relatos "La cuesta y otros cuentos"
y "La soledad repartida"; el ensayo taurino "Gente
del Toro"; el pregón de la Semana Santa de Carmona
de 1952; su obra teatral "Se apagaron las arañas"
y toda su obra poética ("La sangre por las cosas",
"Gracia Pensativa", "La vida cuando llueve"
y la obra inédita "A campo ajusticiado").
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